¿De verdad existe el bien y el mal, o sólo es una conducta social que nos inventamos? Lo pregunto porque lo que para mí puede ser bueno, para ti no. Lo que para el león es comida, para los ciervos es un integrante menos. Desde niña me enseñaron a no decir mentiras, a portarme bien, ser responsable y no decir nada que ofenda a los demás.
Respecto a las mentiras lo entiendo, ya que estas, al final siempre lastiman, así sea sólo una piadosa, pero ¿qué pasa con la perspectiva? ¿No te miento a ti, pero a mí sí? Porqué eso es lo que pasa:
Nos educaron para complacer al prójimo, no a nosotros mismos.
Si no me crees, ¿cuándo fue la última vez que te dedicaste una canción? Si es que alguna vez lo hiciste, ¿cuándo fue la última vez que te dijiste te quiero, qué te regalaste algo? Lo que quiero decir es que en toda mi vida no he dicho una mentira, ni siquiera a mis papás, sin embargo, he vivido engañada. Me he mentido yo solita al juzgarme de que no soy suficiente, porqué ahora sé que sí lo soy. He desgastado tanto tiempo y energía en los demás, que me perdí de mi ser.
Gracias a mis traumas infantiles estoy encerrada en este lugar que preferiria no describirlo. Me creé una doble identidad. Mis padres me pusieron de nombre real Yana, pero me identifico más como Ela.
Yana es la típica niña bien, un ejemplo a seguir. Sus calificaciones son perfectas y no dice ni una grosería. Por otro lado, Ela es la niña punk, la rebelde que no le parece nada, pues todo lo que ha aprendido, no le ha servido.
Todos tenemos voces dentro de nuestra cabeza, lo que algunos nombran el ángel y el diablo coloquialmente, o la historia de que todos tenemos un lobo bueno y uno malo. Si no te la sabes, básicamente es que el lobo ganador es aquel que alimentas. En este caso Yana es el lobo bueno, y Ela el malo. No me lo tomes a mal, pero alimentar a los dos es lo que todos deberíamos de hacer. A veces, es necesaria la maldad dentro de nuestra bondad, claro, sin que esta lastime al prójimo intencionalmente. El problema es cuando no equilibramos, cuando le damos el trozo de carne entero al benévolo y migajas al maligno, o al revés.
En lo personal prefiero denominar a las cosas con mis propias palabras. Los demonios simplemente son ángeles que decidieron salirse del cielo. Lo sé, en realidad fueron desterrados, pero el rebelarse, lo quieran o no, es una decisión y como tal tiene su consecuencia. Para algunos fue positiva, pues ahora se sienten liberados. Para otros, se dieron cuenta de que siempre tuvieron todo, y ahora están exiliados. A mi polaridad me gusta llamarle ala blanca y ala negra, sólo yo decido cual ocupo para volar.
Por eso estoy encerrada, ¿pueden creerlo? Por saber equilibrar mis energías. Para mí es una injusticia, pero te contaré mi historia para que me sentencies tú mismo.