En todo momento evitamos aquello que no nos gusta, y es totalmente comprensible y lógico. Si no nos atrae, ¿por qué lo haríamos? El problema reside en que muchas veces, aquello que nos gusta suele ser perjudicial y viceversa, lo que nos causa repulsión suele ser beneficioso.

Una hamburguesa, generalmente suele ser más apetitosa que una ensalada. Puede ser que para ti sea al revés, que de hecho la ensalada te atraiga más, pero ¿cuántos McDonald’s ves en tu ciudad? Y… sinceramente no se me viene a la mente ninguna franquicia de ensaladas que sea de renombre global.

En mi negocio hay ciertas actividades que no me resultan atractivas, sin embargo, para que funcione correctamente tengo que hacerlas. No me gusta realizar presupuestos, pero tengo que hacerlos para calcular el margen de ganancia. No me gusta declarar impuestos y solicitar facturas, pero es algo que tengo que hacer para estar bien fiscalmente. Sé que son cosas que se pueden delegar, pero cuando empiezas, tienes que hacer todo tú mismo, inclusive lo que no te llama la atención.

¿Cómo convertir algo aburrido en divertido? Lo que a mí me funcionó fue anclar esa actividad a una acción que ya he realizado y que me causa bienestar.

Por ejemplo, mientras hago mis impuestos, suelo poner una serie cómica de fondo .00como How I met your Mother (Cómo conocí a tu madre), ya he visto esa serie, por lo que si me pierdo una pequeña parte no pasa nada, pero el escucharla me genera una sensación agradable, lo cual de forma inconsciente me ayuda a que realizar mi declaración de impuestos se vuelva más amena. Ojo, el 80% de tu atención debe de estar en la actividad principal, de lo contrario no la realizarás o lo harás mal.

Otra cosa qué puedes hacer es cambiar tu perspectiva. Yo prefiero el calor mil veces, el frío no me gusta. Cuando tenía que sacar a mi perro a las 5:00 – 6:00am, el aire era helado y odiaba esa sensación. Un día decidí cambiar mi enfoque y me dije; gracias frío, me recuerdas que estoy vivo, te siento porque mi corazón está latiendo. Ese simple cambio me hizo apreciar el frío, no lo amo y honestamente sigue sin agradarme, pero al menos cuando siento esa brisa, ya no me resulta tan molesta.

Cuando realices el cambio de hacerlo divertido, hazlo conscientemente y con coherencia pensando en tu bienestar. Si odias las fiestas, no te vayas a alcoholizar hasta perder la memoria porque de esa forma es menos estresante. Si no te gusta el café porque se te hace amargo, no le pongas cinco cucharadas de azúcar, eso sólo te traerá problemas para tu salud.

Convierte las cosas aburridas o tediosas en algo divertido, pero cuida la posición desde la cual lo haces.

Además de que los momentos sólo regresan en forma de recuerdos, ¿vale la pena luchar años para poder disfrutar algunos minutos? La respuesta no se puede definir como correcta o incorrecta, todo depende de lo que deseas.