Empecemos con la siguiente pregunta, te invito a tomarte unos minutos para poder analizarla y por favor sé honesto contigo mismo, porque la mejor forma de poder desarrollarnos en nuestra persona, es no mentirnos a nosotros mismos:
¿Hace cuánto tiempo que no le dedicas un momento a ordenar tu vida?
Algo que es de suma importancia y que nos deberían enseñar desde niños es que nuestra vida es nuestra responsabilidad. Obviamente los factores externos tienen relevancia y nos afectan más de lo que quisiéramos admitir, pero realmente, los únicos que somos capaces de alinearla de acuerdo a nuestros deseos, somos nosotros y nadie más.
Porque si hay veces que ni siquiera uno sabe que es lo que quiere, ¿cómo será posible que los demás adivinen nuestras necesidades y anhelos?
Con esto no estoy diciendo que todo lo hagas tú mismo y no pidas ayuda, es fácil confundirse, y más cuando queremos buscar excusas en lugar de soluciones.
Lo que quiero dar a entender, y sobre todo te extiendo la invitación, es a que por lo menos una vez a la semana, reserves 15 minutos para preguntarte ¿Cómo estás? ¿Cómo te sientes? ¿Lo que estás haciendo va a acorde con tus deseos, con la vida que quieres tener?
Hace algún tiempo escuché la historia de una persona que odiaba trabajar en oficina, hasta ahí nada malo, no todos nacimos para trabajar en un cubículo de 8am a 6pm, y de la misma manera no todos nacimos para ser emprendedor. Cualquiera de las dos son buenas opciones siempre y cuando resuenen contigo, si hacen feliz y te acercan a la vida que deseas, entonces es el camino correcto. La situación fea de esta historia, es que estoy lo descubrió a los 60 y tantos años de edad, es decir: ya había trabajado la mayor parte de su vida en un ambiente que no le gustaba.
No se percató de esto porque sencillamente nunca se le vino a la cabeza qué era verdaderamente lo que él quería para su vida.
Nunca es demasiado tarde para tomar un nuevo rumbo, para volver a empezar. Yo tengo el dicho o la filosofía de que, si estás respirando, es que todavía tienes que hacer algo relevante en esta vida. Aquello puede ser tan grandioso como impactar a un millón de personas, o tan glorioso como cambiar la vida de una persona, y para hacer eso que suena tan complicado y extraordinario, a veces sólo basta algo tan sencillo como dar una sonrisa, un abrazo, ofrecer un consejo, o regalar un poco de tu tiempo y simplemente escuchar.
En muchas ocasiones, lo que tiene mayor impacto, es lo más simple.
Para finalizar, no te quedes sólo con esa información, escuchar es fácil y obviamente importante, ya que te permite ser consciente. Pero donde verdaderamente está el cambio, es en tomar acción.
Te invito a que reserves 15 minutos de tu día a ordenar tu vida. Esto no es otra cosa que separar las cosas, elegir cuales ya no deseas en tu vida y cuáles sí.
Si quieres llevar tu desarrollo personal al siguiente nivel, te invito a unirte a nuestro programa: Se soluciona caminando, donde juntamos sabiduría y acción con el arte de caminar, una actividad que es fundamental para nuestro cuerpo y mente y el enfoque de mejorar tu vida con la constancia de dedicar 15 minutos de tu día.