La Filosofía Hermética tiene sus raíces en el antiguo Egipto y se atribuye a Hermes Trismegisto, una figura legendaria conocida como “el Maestro de los Maestros”. Estas enseñanzas esotéricas han influido profundamente en muchas tradiciones filosóficas y espirituales de diversas culturas, desde Grecia y Roma hasta Persia y la India, dejando un legado que ha perdurado a través de los siglos. Hermes Trismegisto es considerado el fundador de la alquimia, disciplinas que en el contexto hermético están orientadas al desarrollo espiritual y mental, más allá de los conceptos materiales.
En Egipto, Hermes Trismegisto fue deificado bajo el nombre de Thoth, y los griegos lo consideraron una figura divina de sabiduría, manteniéndose su influencia a lo largo de la historia. Las enseñanzas de Hermes se mantuvieron en secreto y se transmitieron sólo a aquellos considerados preparados para recibirlas. Este conocimiento secreto dio origen a la palabra «hermético», que hoy se asocia con lo oculto y reservado. Los principios herméticos no sólo se difundieron en Egipto sino también en muchas culturas, aunque siempre evitando una identificación religiosa o sectaria. La intención era que el conocimiento no se cristalizara en un credo fijo, evitando así la degeneración en superstición y dogma.
Con el tiempo, la doctrina hermética se compiló en El Kybalion, un texto que reúne axiomas y principios fundamentales sobre la «alquimia hermética», la cual no trata de convertir materiales en oro, sino de transformar la mente y las vibraciones internas. Este proceso de transmutación mental está centrado en cambiar una forma de energía mental en otra, promoviendo la elevación y el dominio personal. A través de estos principios, los hermetistas buscaban una comprensión profunda de la vida y el universo.
El Kybalion y otras enseñanzas herméticas no son fáciles de entender a simple vista. A menudo, estos textos están escritos en términos simbólicos que requieren de una interpretación cuidadosa. Por eso vamos a ir poco a poco. Los preceptos, si bien pueden encontrarse en libros, han sido transmitidos principalmente de maestro a discípulo, velados en lenguajes esotéricos para evitar las persecuciones y malinterpretaciones que ocurrieron a lo largo de la historia, especialmente durante la Edad Media. Los seguidores de la doctrina, que mantuvieron viva esta llama de sabiduría, evitaron documentar abiertamente muchos de los conocimientos para proteger la enseñanza de la persecución y la corrupción.
Las máximas de El Kybalion incluyen conceptos de causa y efecto, vibración y correspondencia, los cuales guían al iniciado en su camino hacia la comprensión de verdades superiores. La “Ley de Atracción” es un principio hermético que postula que el estudiante adecuado encontrará estas enseñanzas en el momento justo. Esta sabiduría continúa siendo un faro para quienes buscan comprender los secretos de la existencia, ofreciendo una perspectiva mística y espiritual que va más allá de la razón convencional.
Aunque los principios herméticos mantienen su origen antiguo, su aplicación sigue siendo relevante y universal, atrayendo a quienes están listos para recibir este conocimiento y guiarlos en el camino de la maestría espiritual y el autoconocimiento.
No hay cambio sin acción:
Te invito a que te cuestiones; ¿estás abierto para aprender?
Mejores frases
- Los labios de la sabiduría permanecen cerrados, excepto para el oído capaz de comprender.
- El principio hermético de causa y efecto, en su aspecto de ‘ley de atracción’, llevará los oídos junto a los labios y el libro junto al discípulo.
- Donde quiera que estén las huellas del Maestro, allí los oídos del que está pronto para recibir sus enseñanzas se abren de par en par.
- Este libro sólo atraerá la atención de los que están preparados para recibirlo.